Se suele decir que no hay destino más terrible para un Ilicido que perder su conexión con la mente colmena. Cuando una de estas criaturas es expulsada por sus hermanos su conexión con el cerebro ancestral es cortada de cuajo.
Sin embargo, estas criaturas conservan su poder y cierta dignidad. Hay un destino peor en la sociedad ilicida. Más humillante y terrible: Perder el control de tu propia mente.
Demencia fue forjada por esclavos Duegar en lo más profundo de la infraoscuridad en un intento de complacer a sus aberrantes amos. El mango alberga una cámara de eter que almacena el poder de las psíques destruidas por este pesado mayal. La cadena que une las dos partes del mayal está forjada en una aleación de Mithril y Baatorita plegada sobre si misma inmumerables veces; y una cabeza de ilicido forma la parte contundente del arma.
Cuando se usa, los tentáculos macizos de la cabeza ilicida se abren, buscando alimentarse de la ofuscada mente de su siguiente víctima.
Demencia ha sido blandida tanto por verdugos ilicidos aplicando la pena capital sobre sus esclavos y semejantes; como en el campo de batalla, protegiendo al cerebro ancestral y inutilizando hasta al más poderoso de los magos mortales.
Cuando una de las últimas colonias que prevalecían en el plano material se confabuló con varios Aboleths para retomar el control del mundo de la superficie, Demencia fue utilizada para defender el artefacto arcano que los aboleths pretendían utilizar para controlar telepáticamente a toda la población del mundo.
Esta alianza alienígena, sin embargo, fue derrotada y Demencia tomada como botín de batalla por uno de los héroes que derrotó a los ilicidos. Desde entonces, ha cambiado de manos muchas veces, sirviendo tanto para el bien como para el mal, hasta llegar a mis manos…y por lo tanto ante tí.
El Grimorio del Rolero 