Una de las cosas más temidas entre los mercaderes y mineros enanos que recorren los grandes túneles subterraneos bajo las montañas de Ur-Valar, es el olor a pólvora.
Esta endiablada invención de los gnomos grises aun no se ha extendido por todo el mundo, pero ya está demostrando su brutal eficiencia en la infraoscuridad, adoptadas por muchas de las razas menos dotadas para la exploración de esas cavernas. Medianos y humanos suelen acoplarle una potente lámpara alquímica que les permite ver en los claustrofóbicos túneles, negando la ventaja de las criaturas nativas.
Con más potencia y más alcance, es solo cuestión de tiempo que estas extrañas armas sustituyan al arco y la ballesta también en las batallas bajo el sol.