Durante toda una vida el maestro del camino de la palma abierta Lin Miranda y Elathel el nirgomante fueron absolutamente inseparables. Bebían, luchaban y viajaban juntos, conformando un impresionante dúo tanto en el campo de batalla como en la pista de baile
Cuando fueron invitados a la cripta de uno de los colegas nigromantes de Elathel nunca imaginaron que esa sería su última noche juntos.
Sin embargo, humillar a un nigromante en su propia pista de baile, delante de la Vampiresa a la que está tratando de seducir y además hacerlo sin ningún tipo de deportividad o gracia nunca es una buena idea, y en tras unos cuantos gritos e improperios, Lin fue desintegrado casi en su totalidad.
Sin embargo, su amigo pudo conservar la pierna. Y debido a que era mejor bailarín que Nigromante, en un intento de traer a su compañero de vuelta, consiguió dotar a la pierna de vida propia.
Al menos, mientras duró su vida, el constante zapateo de la sandalia de su compañero de baile hizo los días que le quedaban más llevaderos.