El otro día, mis jugadores y yo nos juntamos antes de la partida en las terrazas de debajo de mi casa para tomar una cañita, ponernos al día, hablar de nuestras cosas y charlar un poco antes de subir a casa y empezar la sesión.
Lo se, la buena vida.
La cosa es que, no recuerdo como, salió el tema de conversación de los Alineamientos de sus personajes. Estamos en el arco mas personal de el Paladin del grupo al fin y al cabo.
Por dar un poco de contexto, en nuestra mesa no usamos los alineamientos. No los ponemos en la ficha, y estos no informan las decisiones de los jugadores o sus personajes. Somos una mesa de gente que lleva, la que menos, un par de años jugando todos los viernes en partidas en las que se interpreta mucho de forma orgánica, donde el alineamiento no tiene cabida tal y como se le considera de forma tradicional.
No tardé en preguntarles cual creían que eran sus alineamientos. Todos respondieron. No estuve de acuerdo con casi ninguno de ellos. Ellos mismos no estuvieron de acuerdo entre ellos. Esa es la naturaleza de un descriptor objetivo de la complejidad humana. Crecer como persona implica cambiar de alineamiento. Tus percepciones sorbe ti mismo y lo que haces son distintas a las de los demás.
Creo que mi frase mas repetida en esa conversación fue “Por eso no usamos el Alineamiento”.
Y luego subimos a mi casa y procedí a interpretar a un villano Legal Maligno de manual.
Nunca confiéis en nadie. Y menos en alguien de internet.
El asunto aquí es que, como bien indica el titulo del articulo, no creo que el Alineamiento sea completamente inútil, nos tengamos que librar de el y prenderle fuego a todos los registros de su existencia como hay quien defiende en la red de redes.
Yo personalmente utilizo el alineamiento como un punto de partida para plantear la mayoría de NPCs que creo, y en muchos casos, no los desarrollo mas allá de ese par de palabras.
Seamos completamente sinceros, cuando un antagonista tiene una esperanza de vida media de un par de partidas, un puñado de rondas de combate en algunos casos, escribir una compleja personalidad puede ser contraproducente. Si el pobre diablo sobrevive ya habrá tiempo de desarrollar su personalidad a partir de esa etiqueta restrictiva de alineamiento.
Para villanos como el de la partida en cuestión, cabronazos que cuyas historias están entrelazadas con las de los personajes a largo plazo y que van a tener un verdadero peso en sus historias, también parto de un sencillo alineamiento.
Al fin y al cabo, no deja de ser un atajo para hacer referencia a sus cimientos morales antes de desarrollar el resto. Cuando tienes claro el alineamiento del villano puedes pensar en sus incoherencias, en sus principios, sus ambiciones, sus lineas rojas, en caso de que haya alguna… Para cuando termines conocerás a tu antagonista con mucho detalle y cuando los jugadores te la líen con alguna jugada inesperada, tendrás una plantilla sencilla a la que recurrir para su reacción instintiva.
El alineamiento como descriptor absoluto de la moral cósmica, como etiqueta que condena a razas enteras o como limitador de la interpretación de jugadores y DM, el alineamiento visto de forma tradicional vamos, esta obsoleto y debería ser olvidado.
Sin embargo, como la mayoría de herramientas, es mas importante el como lo usamos y concebimos que la propia naturaleza de la misma. Yo creo que el alineamiento, como tantas otros vestigios de una forma de juego ya prehistorica, puede ser reinventado como una herramienta para ayudar a jugadores que están empezando, para aliviar la carga de escribir un primer personaje y simplificar una de las muchas cosas que van a tener que manejar en sus primeros pasos en el hobby, o como una forma de ahorrarle tiempo al Director de juego Desbordado.
No seamos tan rápidos en eliminar algunas de estas reliquias.
En mi opinión, el alineamiento se ideó para que la gente “interpretase” en lugar de jugar siempre de una misma manera sus personajes. Un error muy común de los jugadores, sobre todo de los más noveles, es que siempre terminan interpretandose a sí mismos. Eso no pasaría nunca si se utiliza el alineamiento, el director siempre podría decir algo como: “¿cómo es que tu personaje legal-malvado se apiada de robarle el bocata a ese niño despistado?”
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