La historia detrás de la lanza glacial es a la par trágica y heroica. Eoghulf, capitán de los lanceros montados de Varostock obtuvo este arma a través de un pacto con el diablo Shagtark.
Cuando la oscura criatura trató de obligar al capitán a que matase a su segundo al mando y aprendiz, este se resistió y rompió la lanza, siendo arrastrado a las heladas estepas de los dominios de Shagtark en en proceso.
Su aprendiz, Roland, tomó los restos de la lanza rota y viajó a las profundidades del Glaciar eterno, a la guarida de Shagtark, donde derrotó al demonio y utilizó su esencia para reforjar la lanza y liberar a su maestro de su infernal prisión.
Esta es, por ahora, una de mis armas favoritas del arsenal por que fue una pieza clave en mi anterior campaña, blandida por Roland Caraquemada, el mediano del que se habla en la historia, y fue utilizada (y sacrificada) para sellar al gran villano del final de la campaña.
Así que la lanza Glacial es una pequeña pieza de historia de mi mesa de juego, y me hace ilusión verla ilustrada.